El 5 de agosto, la casa inspectorial de Madrid se llenó de hermanas y miembros de la Familia Salesiana para celebrar la clausura de los 150 años de la fundación del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, y la profesión de 6 hermanas junioras. En clima de fiesta y expresión de verdadera gratitud el encuentro comenzó con la eucaristía, presidida por Don Cristóbal López, cardenal y arzobispo de Rabat. En su saludo agradeció el haber conocido a las salesianas y recordó que precisamente, el año del centenario, hace 50 años, entro por primera vez en una casa de las FMA.
El ambiente de alegría se respiraba en la celebración. La homilía corrió a cargo de Don Samuel Segura, vicario inspectorial, que representaba a Don Fernando García que no pudo asistir al estar participando en el Campobosco. En sus palabras, haciendo alusión a las lecturas proclamadas, señaló que a Madre Mazzarello hemos de buscarla en el ahora y recordó a la asamblea lo que Dios nos da: su constante amor y fortaleza – “No temáis”; y lo que nos pide: una respuesta de amor.
Momento significativo de la eucaristía fue la profesión de Ana, Sofía, Ariadna, Tatiana, María y Rocío, que una vez más pronunciaban sus votos de castidad, pobreza y obediencia. También el recuerdo especial por las hermanas que han celebrado los 25, 50, 60, 70 y 75 años de profesión. Todo nos habla de esta fidelidad de Dios manifestada en quienes llevan tantos años de entrega y en la ilusión de las que están comenzando.
Tras la eucaristía se compartió un ágape en el patio, para que todos los presentes tuvieran ocasión de celebrar y disfrutar del encuentro.
En la comida siguió el ambiente de fiesta y la sobremesa nos invitó a hacer un recorrido por diversas canciones de Madre Mazzarello que nos hablaban de estos 150 años y nos sabían a tantos momentos compartidos.
Finalizó la sobremesa con las Buenas Tardes de la provincial, sor Rosario Ten que lanzó la propuesta de empezar a celebrar el 151 aniversario y leyó el mensaje de felicitación de Sor Rosario García, Vicaria General, quien expresaba la alegría de haber sido elegida para ser salesiana;
“Dios ha tejido en el Instituto una respuesta de salvación a los jóvenes. Cada una somos un hilo de ese tejido; el Señor cuenta con nosotras”.
La oración a María fue el broche final, que precedieron las palabras del Cardenal Cristóbal López que comento cómo se había mirado el pasado con gratitud y que había que vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con esperanza. La clave no es vivir desde el lamento porque seamos pocos o mayores, sino desde la alegría y el entusiasmo; siendo sal y luz. Terminó con la bendición de María Auxiliadora.
Fiesta sencilla y profunda, rostros de hermanas de diferentes edades y lugares, un mismo corazón agradecido. 150 años de nuestra historia, salvación de Dios hecha realidad en cada una de las comunidades educativas. Sin duda que será necesario pensar en ese 151 aniversario porque los motivos de acción de gracias no terminan nunca.