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31Aug

La creación necesita nuestra colaboración, nuestro amor

Con ocasión del Tiempo de la Creación, un tiempo ecuménico anual de oración y acción por la Casa Común, del 1º de septiembre al 4 de octubre de 2022, la Madre General del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, Sor Chiara Cazzuola, llega a todas las FMA y a las Comunidades Educativas.

Queridas hermanas y queridas comunidades educativas:

Desde el jardín de la Casa Generalicia quiero recordar a todos nosotros el gran acontecimiento que se celebrará del 1 de septiembre al 4 de octubre próximo: la celebración del Tiempo de la Creación, un tiempo ecuménico. Sabemos bien que en él encajamos como católicos, pero que este tiempo fue originalmente inspirado por el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla y luego se convirtió en una oportunidad para todos. Ya Juan Pablo II, y primero San Paolo VI, habían de alguna manera invitado a los cristianos, los católicos, a tomar en consideración la voz de lo creado, porque ya en años pasados se percibía la dificultad que hoy aparece mucho más evidente.

Este tiempo nos recuerda que somos ciudadanos de un planeta que para vivir necesita nuestro amor y nuestro respeto. Es interesante que el Papa Francisco nos llame ante todo a la plegaria. Esto es muy hermoso, porque no es sólo un discurso ecológico por sí mismo, sino que se convierte en un discurso de conversión espiritual verdadera y adecuada, y no sólo de conversión personal, sino de conversión comunitaria. Es el Papa quien lo pide a todos los cristianos y católicos en el Mensaje que ha enviado.

Este año el tema es ”Escucha la voz de lo creado”. Podemos retomar la lectura de la Laudato Si’ para leer todas las invitaciones y todo el subrayado que el mismo Papa Francisco nos hace en esta Encíclica, llamándonos a vivir la vocación de ser guardianes de la obra de Dios que es la creación y esto – según lo que dice la Laudato Si’ – corresponde a una opción de fondo que es una experiencia fundamental de la vida cristiana. Por tanto es muy importante en este Tiempo reavivar nuestra fe, para leer en esta nuestra naturaleza, en este nuestro planeta,  el signo de la presencia de Dios, y también repasar cuáles son los signos de la presencia de la humanidad que no respetan este planeta. La creación necesita nuestra colaboración, nuestro amor.

Me permito repasar lo que escogimos en el Capítulo General XXIV, que es la Deliberación Capitular, con la cual nos comprometimos a escuchar “el grito de la tierra, el grito de los pobres, el grito de los jóvenes”. Nos comprometimos “a implicar a todo el Instituto en un camino concreto y continuo de conversión a la ecología integral”, donde hemos oído ya tantas veces explicar el sentido de la ecología integral: es una dimensión total de la vida, que no nos ve sólo como personas singulares, sino como comunidades y como criaturas que habitan esta planeta.

Este compromiso se traduce en la asunción de los siete objetivos de la Laudato Si’ que nosotras queremos vivir y transmitir “en el espíritu del Sistema Preventivo”. Existe ya mucho compromiso, porque muchas Comunidades están inscritas en la Plataforma Laudato Si’ – en todas nuestras obras se está ya trabajando por esto – pero debemos mantener viva nuestra confianza y fe en la creación, en el planeta que el Señor nos ha confiado, para que pueda continuar viviendo, pueda recuperarse, pueda ser sanado.

En estos días vemos cuáles son las consecuencias de nuestro abandono y de este ser más salteadores que guardianes de la creación – por un lado las inundaciones, por el otro la sequía – hay muchas poblaciones que sufren en este momento por todos los desequilibrios que nuestras manos han creado en las confrontaciones del planeta.

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Fuente: Instituto FMA