Foto
29Set

Los jóvenes en el Capítulo General XXIV

En vistas al Capítulo General XXIV, han sido consultados, a través de un sondeo online, jóvenes y laicos sobre en qué medida son generativas las comunidades y las obras de las Hijas de María Auxiliadora.

Tambíen durante el Capítulo General XXIV los jóvenes continúan estando presentes, interpelando a las Capitulares sobre el caminar junto a los jóvenes para generar vida y esperanza en el mundo.

Una joven de la Inspectoría Sacra Famiglia – Lombardía y Suiza (ILO), – Conferencia Interinspectorial Medio Oriente Europa (CIME) – comparte expectativas y sueños sobre la misión del Instituto FMA.

¿Qué te importa y qué quieres proponer a las Capitulares reunidas, en Roma, para proyectar el Futuro del Instituto FMA?

“Hoy, como en la Fiesta de las Bodas de Caná, recibimos la invitación de María: “Haced todo lo que él os dirá”. La recibí también yo un día de hace tres años y desde entonces siento que esta invitación se repite muchas veces en mi vida.

Había llegado a Milán hacía unos meses, con poco más de 19 años, procedente de una pequeña ciudad de provincias y me vi catapultada en la maraña apresurada de calles y relaciones de la ciudad metropolitana. Contacté con la Consejera de Pastoral Juvenil y le pedí poder participar en alguna actividad. Quería algo más allá de mis estudios y conocía el carisma y el estilo salesiano desde los años del Liceo. Recuerdo aún aquel día, emocionada…

Allí me sentí acogida por el Instituto, que ha sabido ver en mí el “punto accesible al bien”.

En estos tres años, he tenido la alegría de ser formadora de los adolescentes en la Escuela de Animadores: se me dio la posibilidad de formarme, de hacer “fructificar mis talentos” en el ámbito artístico, con la escritura de los textos, el montaje de algunos videos y muchos otros servicios. Decididamente,  ha sido una etapa de gran intensidad, en que todo lo que he estudiado en estos años, en el campo teatral y performativo, ha adquirido un sentido distinto y verdadero, por poder estar al servicio de los demás y alabar y agradecer el tiempo que se nos da.

Agradezco al Instituto porque nos permite a los jóvenes ser nosotros mismos de verdad, con nuestros talentos y también fragilidades, seguirLo y seguir Su designio para nosotros, de manera actual, con el lenguaje de nuestro tiempo, estando al lado de los niños pobres de recursos espirituales y morales, tibios en tomar lo mejor de la vida.

Os propongo, en virtud del carisma con que las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos iluminan el mundo, el testimonio de poder ser cercanos a los últimos. Existen, dentro del Instituto FMA, casas familia, centros de acogida y servicios para los niños más con dificultad y la asistencia, el amor con que tales jóvenes y niños son seguidos, es testimonio del amor gratuito del Señor.

Mi sueño es que todos los pobres sean alcanzados por vosotras, FMA, y por nosotros jóvenes que actuamos junto a vosotras.

A veces, estas realidades de pobreza son poco conocidas por parte de los jóvenes y de los adolescentes más comprometidos. He vivido experiencias en el VIDES y sé lo importantes y formativas que han sido, pero si miro a los adolescentes que acompaño, imagino lo difícil que es para ellos encontrar a alguien que pueda ofrecer lo que yo he elegido buscar.

Pienso en lo importante que podría ser a nivel educativo saber que aún hoy, dentro de nuestra Familia Salesiana, hay quien “va a encontrarse con los muchachos en la cárcel”, como hacía Don Bosco, en las prisiones del mundo de hoy”

(M. A. S.)