Presentado el libro ‘Fuego evangélico en una Iglesia misionera - María del Carmen Martín-Moreno FMA’

Entre las iniciativas de preparación al 150° aniversario de la partida de las primeras misioneras de Mornese a Uruguay (1877-2027), el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora presenta la biografía de sor María del Carmen Martín-Moreno (1918 – 2001), misionera que acogió y alimentó en su vida ese «fuego del Evangelio» que la había atraído desde su juventud, insertándola así en el corazón de la Iglesia misionera.

En la presentación del libro ‘Fuego del Evangelio en una Iglesia Misionera – María del Carmen Martín-Moreno FMA’, Madre Yvonne Reungoat, Superiora General Emérita, dice: «Es necesario mantener viva no solo en el Instituto, sino en la Iglesia y en la sociedad de hoy, la memoria de esta auténtica FMA y dar a conocer a las nuevas generaciones la belleza de una vida completamente abierta a Dios,  fascinada por su presencia y, por lo tanto, capaces de sintonizar con Él para llevar la alegría del Evangelio a tantos de sus hijos e hijas».

La autora de la biografía es Sor Ciriaca Hernández, que fue secretaria de S. María del Carmen durante los años en que fue consejera General del Instituto (1969-1984) y que reconstruye cuidadosamente su perfil a partir de una rica documentación, así como de una experiencia personal. Actualmente vive en la casa de Casablanca, en Zaragoza.

Las fuentes de las que bebe la autora son cartas y memorias autógrafas de Madre Carmen, testimonios de familiares, especialmente de su sobrino jesuita padre Juan Bosco Manuel Martín-Moreno, y de muchas FMA. Sor Ciriaca acompañó a la Madre Carmen durante sus visitas canónicas a las Inspectorías y misiones más lejanas y remotas. Como era costumbre, la secretaria elaboraba detalladas Crónicas e informes, que luego eran entregadas al Archivo General del Instituto FMA.

La biografía se enriquece con una sección dedicada al contexto histórico-sociocultural en la España del siglo XX escrita por S. Concepción Benito, de la Inspectoría española María Auxiliadora (SPA), que traza las coordenadas en las que situar la vida y la misión de Madre Carmen.

En las etapas de un camino de crecimiento y maduración, la autora se detiene en la familia profundamente cristiana en la que nació la hermana Madre Carmen y en los orígenes de su vocación. Su sobrino, sacerdote jesuita, dice que «la tía Carmina [como la llamaban cariñosamente] buscaba una Congregación dedicada sobre todo a la educación de las niñas pobres. Ella no conocía de nada a las Hermanas Salesianas, pero cuando supo que estaban dedicadas a las niñas pobres, quiso entrar con una amiga, y las dos fueron a la casa que las FMA tenían en la zona de Tetuán, de Madrid, pidiendo ser admitidas en el Instituto». Ya entonces cultivó un profundo impulso misionero, sostenido y guiado por el acompañamiento del P. Ángel Sagarminaga y Mendieta, primer director de las Obras Misionales Pontificias de España (1926-1968).

Después de su primera profesión (6 de agosto de 1943), S. Carmen estuvo en la comunidad del Colegio María Auxiliadora de la Casa Inspectorial de Madrid Villaamil hasta 1952. Luego fue nombrada directora de una nueva fundación, Burgos-Barriada Juan Yagüe, un barrio suburbano habitado por familias inmigrantes. Aquella experiencia, en la que sor Carmen supo expresar creatividad y pasión apostólica, no duró mucho. Después de varios años como directora en otras casas con trabajos complejos y exigentes, fue nombrada inspectora primero de la Inspectoría de Barcelona-España (1961 – 1968) y luego de la de Caracas-Venezuela, donde permaneció solo hasta octubre de 1969.

La biografía recorre la experiencia de Madre Carmen. elegida consejera general, con la tarea de coordinar el «Sector de Documentación y Prensa del Instituto», durante el Capítulo General Especial celebrado en Roma en 1969. Durante el Capítulo General de 1975, fue elegida consejera visitadora, según la nueva organización. En el Capítulo General de 1981, fue elegida consejera para las Misiones. Su rica experiencia le permitió seguir a las misioneras, acompañando su formación antes de su partida y durante su servicio. Continúa las visitas, pero ahora se dirige a los lugares donde la presencia de las FMA está a punto de iniciarse o recién comenzando.

A la muerte de la Superiora General, Madre Rosetta Marchese (8 de marzo de 1984), se convocó el Capítulo General. La Madre Carmen expresó su deseo de no ser reelegida y fue enviada como misionera a Guinea Ecuatorial. Escribe: «Siempre me siento muy feliz de ser misionera y doy gracias al Señor por haberme concedido, aunque sea en mi vejez, poder ser misionera». En 1998, debido a su frágil salud, regresó a España, a Madrid.

En 2001, en el momento de su muerte, «por un don de la amorosa Providencia de Dios», sor Ciriaca Hernández estuvo a su lado «para dar su último suspiro lleno de paz y abandono al Señor».

Fuente: Instituto FMA