Así se vivió la Pascua en Cantalpino: “Compartimos el ser iglesia donde Cristo es el centro”
Salimos de Madrid el miércoles 16 por la tarde camino a Salamanca, donde nos acogieron con cariño las hermanas de la comunidad. Allí vimos las procesiones en la bonita ciudad de Salamanca, que de noche tiene un encanto especial. A la mañana siguiente, nos fuimos ya a Cantalpino. Éramos 12, un grupo formado por diez animadores y animadoras de Plaza, una de la Dehesa y una salesiana.
Ha sido una Pascua celebrada con y entre las personas del pueblo, con tiempo para rezar y reflexionar desde la sencillez, como sor Eusebia. También unos días al servicio de los demás: con turnos de cocina y limpieza de la casa, con el párroco para los diferentes oficios y celebraciones y las personas del pueblo de Cantalpino, así como en los pueblos de Tarazona y Villaflores.
Compartimos el ser iglesia donde Cristo es el centro, y, como decía alguno de los animadores en relación a las personas de los pueblos, “es como si nos conociéramos desde siempre y nos acabamos de conocer”.
Lo importante es la vivencia, la experiencia que ha dejado en cada uno para seguir evangelizando con la vida y en la vida. Aquí algunas de las experiencias que marcan la vida y el camino a seguir tras los días de Pascua:
“Para mí esta experiencia ha sido momento de encuentro, encuentro con Dios y con la familia que se elige” Ainhona, del CJ DE.SA
“Para mí, la Pascua ha sido una experiencia que no dudaría en repetir y si lo tuviera que definir en tres palabras serían: confianza, amigos y oportunidad”. Uxia, del CJPlaza
“Para mí, la experiencia en Cantalpino fue un parar para dar. Lo que no me esperaba es que fuera a recibir tanto. Tanto cariño y cercanía por las personas del pueblo, tantas risas y tanta unión entre nosotros y tanto tiempo en poder agradecer y darme cuenta de cómo quiero vivir mi vida”. Sara, del CJPlaza
“Para mí, la Pascua de Cantalpino fue una experiencia donde pude conocer más a las personas con las que iba; pude comprender cómo se sienten ellos con Dios y cómo se sienten con la oportunidad de haber creado un grupo como el que tenemos, en el que Dios siempre está presente. Además, fue muy reconfortante poder conocer a la gente del pueblo y haber podido ayudar en todo lo que podíamos”. Marco, del CJPlaza.
“La Pascua para mí ha sido un tiempo para desconectar y descansar del ritmo de la vida, para tener tiempo para mí y además estar al servicio de los demás. Fue una experiencia muy gratificante”. Rossaly CJPlaza
“La pascua de Cantalpino fue una semana llena de alegría, sentimiento, emociones, reflexión, oración, fiesta, conexión conmigo misma y sobre todo una gran experiencia compartida rodeada de gente a la que quiero”. Eloisa, del CJPlaza
“La Pascua rural para mí ha sido un verdadero regalo del cielo. Un alto en el camino para volver a sentir el inmenso amor de Dios, reflejado también en cada persona con la que he compartido estos días”. Miriam, del CJPlaza
“Para mí han sido días de profunda alegría, de compartir con los jóvenes y las personas del pueblo con sencillez, con hondura, un regalo para una salesiana. Ver cómo a cada uno Dios nos fue mostrando su presencia. Agradecer a cada uno lo que aportó, desde ese “pelar patatas” hasta el compartir profundo y en oración; a las personas del pueblo por su cercanía y acogida; al párroco por su naturalidad con nosotros y buena disposición. Una vez más siento que a cada paso, en cada lugar, con cada persona y situación, “la medida del amor es amar sin medida”. Nuria FMA, del CJPlaza