Novena por la canonización de sor María Troncatti

A nueve días de la canonización de la beata Sor María Troncatti (19 de octubre de 2025), la Comisión Central propone intensificar la oración para que, como escribía Madre Chiara Cazzuola, Superiora general del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, en la Circular n.º 1046, «también nosotras, junto con las comunidades educativas y los muchos jóvenes que encontramos, podamos brillar como pequeñas luces en la vida cotidiana y ser signos del amor preveniente y misericordioso del Padre, como lo fue sor María Troncatti».

La novena, compuesta por sor Luigina Silvestrin, de la Inspectoría Santa María Dominga Mazzarello (ITV), propone algunas reflexiones y oraciones sobre el tema ‘Manos que curan, sanan y construyen la paz’.

El texto, elaborado a partir de una homilía de don Pier Luigi Cameroni, postulador de la Familia Salesiana, que presentaba la figura y algunas características de la futura santa a partir de sus manos, puede utilizarse para la oración personal y comunitaria.

El evento de la canonización de la primera Hija de María Auxiliadora después de la cofundadora, santa María Mazzarello, constituye un don y un llamamiento, como explica Madre Chiara en la circular citada: «Contemplando el rostro más bello del Instituto –Santa María Dominga Mazzarello, sor María Troncatti, próxima a la canonización, nuestras bienaventuradas y siervas de Dios que han vivido con plena fidelidad las Constituciones–, abrimos nuestro corazón a la gran Esperanza, con la gracia y la audacia que provienen de Dios. Con gratitud cantamos el Magnificat por la santidad reconocida por la Iglesia en estas hermanas y en muchas otras que viven el día a día, dando amor, esperanza y alegría».

La reciente Exhortación Apostólica de León XIV, ‘Dilexi Te’, subraya cómo la santidad es fruto del cuidado de los pobres, considerados desde siempre «el tesoro de la Iglesia». Don Bosco, citado en el n.º 70, fue modelo e inspirador de una forma especial de educación de los pobres a través del Sistema Preventivo.

La beata María Troncatti, la «Madrecita buena», como la llamaban todos los que se acercaban a ella, consideraba a los pobres, los huérfanos, las jóvenes maltratadas, los moribundos… como su único interés. Por ellos estaba dispuesta a afrontar peligros y fatigas, demostrando una caridad maternal que se ocupaba personalmente de cada uno.

En el Summarium se lee: «La predilección activa de sor María por los más pobres, los necesitados y los abandonados es conocida por su vida. Al no poder seguir trabajando (tiene 84 años y pico), se queda en el hospital y cuida y atiende a los pobres salvajes que acuden a ella para contarle sus sufrimientos y preocupaciones».

Las manos de sor María Troncatti se convierten hoy en un don y un modelo: al beber de la fuerza del Espíritu Santo, del amor de Cristo crucificado, el corazón se vuelve capaz de gestos sencillos, pero eficaces, de cercanía, de cuidado y de paz.

Novena

Fuente: Instituto FMA