Una oración para jóvenes en la casa de Aravaca
Nuestra santa más castellana, Teresa de Jesús, decía de la oración que era «tratar de amistad con quien sabemos nos ama», acentuando en el encuentro personal con Dios esa relación de amistad. Para ella, la oración no era una labor compleja, sino una conversación de tú a tú con un amigo y su manera de cuidar esa relación con Él incluso aún no teniendo muchas ganas o las circunstancias no fueran las mejores.
El pasado viernes, día 7 de noviembre, la tarde en Madrid, no era muy apacible. Llovía y hacía algo más frío de lo normal. Pero el ambiente que conseguimos crear, en la sencilla y preciosa capilla de la casa de nuestras hermanas, fue acogedor y muy cálido. De ese que invita a entrar y a quedarte un rato en casa “del amigo”.
Hasta allí subieron algo poco menos de una veintena de jóvenes de entre 15 y 23 años a “estar un ratito con Él” y juntos, pudimos disfrutar de su Presencia en la custodia y recibir la bendición. Hubo cantos, reflexión y oración en torno al evangelio de Juan, 15, 9-17, y a través de una meditación guiada pudimos constatar que sólo podemos crear la paz allá donde estemos, amando a todos como Él nos amó. Porque sólo el Amor, sólo Él, es el camino.
El tiempo delante del Señor se nos pasó a todos volando, y por eso quisimos seguir compartiendo juntos un ratito de futbolín, ping pong y pizzas, invitados por los salesianos cooperadores de la casa.
En este mundo tan agitado, parece mentira que lo más sencillo sea lo que más pueda llenarnos. Y todos tenemos esa sed de interioridad que sólo Él puede llenar. Los jóvenes, también.
Salesianos Cooperadores de Aravaca, grupo en formación.

