La Casa Generalicia acoge la apertura de las celebraciones por la canonización de sor María Troncatti
El 17 de octubre, en Roma, en la Casa Generalicia del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, se inauguraron oficialmente las celebraciones por la inminente canonización de sor María Troncatti, misionera FMA en Ecuador, prevista para el 19 de octubre en la Plaza de San Pedro. Desde el primer momento, la Casa se llenó de saludos y abrazos, en la alegría del encuentro, entre los aproximadamente 500 participantes llegados de todo el mundo.
Además de la Superiora General del Instituto FMA, Madre Chiara Cazzuola, todo el Consejo General y la Comunidad residente, estuvieron presentes el Rector Mayor de los Salesianos de Don Bosco, D. Fabio Attard; el Postulador de las Causas de la Familia Salesiana, D. Pierluigi Cameroni, SDB; la vicepostuladora, S. Francesca Caggiano, FMA; Mons. Néstor Montesdeoca Becerra, SDB, obispo del Vicariato Apostólico de Méndez, junto con otros obispos y cardenales de Ecuador, un obispo armenio, el inspector de Ecuador y algunos directores SDB; la inspectora S. Lupe Erazo, de la Inspectoría Sagrado Corazón (ECU); la anterior Inspectora, S. Cruz María Piña Peláez; sor Elena Tinitana, que ha seguido la causa; Juwa Bosco, curado milagrosamente por sor María Troncatti, con su esposa, familiares y miembros de la comunidad Shuar; el alcalde de Sucúa y el alcalde de Corteno Golgi, con los familiares de sor María, las inspectoras, las superioras de visitadoría, los miembros de la Familia Salesiana, las novicias del noviciado internacional María Auxiliadora de Castel Gandolfo, las misioneras y los jóvenes.
El momento, seguido en directo por streaming en todo el mundo gracias también a las traducciones, comenzó con un canto interpretado por las novicias y con el saludo de la secretaria general, sor María Luisa Nicastro, que dio la bienvenida y presentó las intervenciones: ¿Qué nos dice hoy a mí y a nosotros, en la situación en la que nos encontramos, la santidad de sor María? ¿Qué mensaje tiene para las FMA, la Familia Salesiana, la Iglesia, los jóvenes?
La primera palabra fue dirigida a la asamblea por Madre Chiara Cazzuola, quien reiteró la excepcionalidad del momento: la primera canonización después de la cofundadora del Instituto, Santa María Dominga Mazzarello —que es también un fuerte llamamiento vocacional para el Instituto y para cada FMA, «una invitación a vivir con fidelidad y renovado entusiasmo la propia existencia de mujeres consagradas salesianas, la misión educativa, la santidad».
La Madre subrayó luego algunas características de la foto elegida para la canonización: «Cuanto más la miro, más me convenzo de que no podríamos haber hecho una elección mejor», como la serenidad y la maternidad del rostro, la sonrisa «moderada pero auténtica» de una persona que luchó, pero «con la mirada fija en el cielo». El de sor María es el retrato de una mujer contemplativa, pero al mismo tiempo «totalmente entregada a su gran familia». ¿Qué nos puede decir sor María Troncatti? «Muchas cosas», dice la Madre. En primer lugar, es una llamada a la vocación personal a la vida salesiana, a la vida consagrada, a la santidad, en la búsqueda constante del Señor, sin perder nunca de vista «su fuerza, su vida, su presencia». Con el deseo y la oración de vivir, como ella, «un amor sencillo y concreto, capaz de curar las heridas del cuerpo y del alma, de ser instrumentos de sanación, de paz y de esperanza para las personas que Tú mismo nos haces encontrar».
Una mujer totalmente coherente con su elección —«Uno se entrega una sola vez y para siempre»— que sabe estar disponible a cualquier hora y en cualquier circunstancia: «Vamos, voy enseguida». Así la describe el Rector Mayor de la Congregación Salesiana, don Fabio Attard, una mujer proactiva y responsable, que sabe captar las necesidades de la gente: «Voy con todo mi corazón: siempre tengo en mente la misión». Siempre con la humildad que proviene de la conciencia de ser un instrumento al servicio de algo más grande y con el firme deseo «de ser mediadora, de construir el diálogo, de ofrecer la reconciliación».
«La vida de sor Maria Troncatti nos transmite hoy que la autenticidad, el coraje, la dedicación total y la capacidad de tender puentes no son cualidades abstractas, sino elecciones concretas cotidianas. Cada uno de nosotros tiene una contribución única e irrepetible que ofrecer», es el mensaje que extrae D. Attard.
A continuación, subió al escenario el postulador, don Pierluigi Cameroni, quien, como recordó sor María Luisa, también estuvo presente en la beatificación, el 24 de noviembre de 2012. En su intervención, habló de la canonización como una «fiesta de la santidad» y comparó la figura de sor María con la de S. Artemide Zatti, coadjutor salesiano, canonizado el 9 de octubre de 2022: «Ambos vivieron en su juventud la experiencia de la enfermedad y el sufrimiento, que pusieron a dura prueba su camino y su discernimiento vocacional; ambos fueron enfermeros cualificados y apreciados, que curaron cuerpos y almas y dirigieron un hospital en favor de los pobres y los más desfavorecidos».
Don Pierluigi identifica así la actualidad del mensaje de estos dos santos salesianos: «la urgencia de «curar el mundo», marcado por profundas heridas. Santa María Troncatti nos ayude a curar las raíces de nuestras enfermedades físicas, morales, espirituales y sociales; a curarnos de nuestras parálisis espirituales, de nuestros mutismos relacionales, de nuestra incredulidad y dureza de corazón».
El Postulador concluyó con las significativas palabras con las que Mons. Gutiérrez, relator de la Causa, presentaba a sor María: «Se presenta ante nuestros ojos como una mujer dotada de gran simpatía humana, sentido común y una sorprendente elasticidad interior no exenta de energía, que le permite adaptarse a la múltiple variedad de situaciones a las que debe hacer frente. Todo ello unido a una vida de piedad sincera y nada afectada».
A continuación, se proyectó el vídeo ‘… se convertirá en alegría’, que resume la vida de sor María, realizado por sor María Ausilia De Siena, Consejera general, junto con el Área de Comunicación, acompañado de fotos, vídeos y audios históricos proporcionados por el Archivo fotográfico de la Secretaría general del Instituto, el Archivo histórico de los Salesianos de Ecuador y el Archivo histórico fotográfico de Varazze, con música de sor Susana Díaz, FMA.
«Vuestra tristeza se convertirá en alegría. Así fue para Juwa Bosco»: así introdujo sor María Luisa en el escenario el testimonio de Juwa, acompañado por su esposa, la Sra. Natalina, y por la Inspectora, sor Cruz Piña, que hizo de intérprete. Su presencia fue realmente emocionante, al igual que el relato del accidente que lo dejó inválido y los momentos más destacados que lo llevaron a la curación por intercesión de sor María Troncatti, a partir de la cual su vida cambió por completo, no solo desde el punto de vista físico: «A decir verdad, antes del accidente no estaba muy cerca de Dios, no me gustaba rezar, solo lo hacía cuando mi esposa me lo pedía, pero después mi relación con Dios cambió… Ahora soy yo quien insiste en rezar, más que mi esposa». Ahora también se dedica a visitar a los enfermos, porque sabe lo mucho que se echan de menos las visitas y el apoyo moral. «Con Dios nada es imposible, ese es el mensaje», reiteró con fuerza al concluir, mientras la asamblea se ponía en pie y le dedicaba un largo aplauso.
Juwa y su esposa se reunieron con otros familiares —su hijo Juwa, su cuñado Pedro, la Sra. Leticia y una catequista en representación de los jóvenes— que entonaron tres cantos de la cultura shuar amazónica dedicados a la hermana María Troncatti. A continuación, el alcalde de Sucúa y el alcalde de Corteno Golgi dieron la bienvenida a los asistentes.
Tras otro canto de las novicias —«Nate per il volo» (Nacidas para volar)—, los últimos minutos se dedicaron a la explicación de la exposición sobre sor María Troncatti por parte del comisario, don Erino Leoni, vicario de la Inspectoría Salesiana Lombardo-Emiliana, junto con el Sr. Paolo Zini, SDB, y sor Marisa Canobbio, vicaria de la Inspectoría Lombarda ILO, quien subrayó que «no es una exposición de carácter histórico: queremos que sea un itinerario que nos introduzca en el corazón de Dios que sor María Troncatti hizo conocer a su pueblo. Y se convierte para nosotros y para quienes quieran conocerla en una provocación vocacional, porque encontrar el misterio de una santidad es encontrar el Misterio de Dios que llama y llama ahora, en este momento». Don Erino explicó el recorrido, que se desarrolla a través de tres palabras y tres imágenes: las alas, la cruz, los brazos. De ahí el título: «Las alas de sor Troncatti: desde la cruz, dos brazos en vuelo».
Con los agradecimientos finales y el himno cantado por las novicias, concluyó un bonito evento en compañía de la hermana Maria Troncatti que, como recordó la secretaria general, «es solo el comienzo» de las celebraciones. La velada continuó con un momento de convivencia y las primeras visitas a la exposición, para luego quedar al día siguiente con la fiesta junto a los jóvenes de la MGS en Roma Cinecittà y con la Vigilia presidida por el Rector Mayor, D. Fabio Attard.
Fuente: Instituto FMA