La mano de Dios trabaja en nosotras
Del 1 al 28 de julio de 2025, 16 junioras FMA de América (EE.UU, Paraguay y Brasil), África (Togo y Zambia) y Europa (Italia, España, Francia y Albania) vivieron el segundo mes del segundo noviciado en los lugares carismáticos de Madre Mazzarello y Don Bosco. Fue una experiencia profundamente espiritual y formativa, acompañada por sor Jeanette Palasota, sor Michele Decoster, sor Eva Liskutinova y sor Monaliza Bernardino, en preparación a la profesión perpetua.
Inspiradas por la imagen bíblica del alfarero (cf. Jer 18,1-6), las junioras se dejaron moldear por la mano de Dios a través de momentos intensos de oración, estudio, comunidad y contemplación. Mornese fue el primer paso del recorrido: dinámicas de conocimiento, presentaciones bíblico-carismáticas, visitas significativas y una jornada de desierto ofrecieron un espacio de interioridad en los paisajes donde nació el carisma.
El camino continuó por Gavi y Génova —en memoria de la primera expedición misionera—, y luego por Nizza Monferrato, donde sor Piera Cavaglià y sor Paola Cuccioli ayudaron a profundizar en la etapa de crecimiento y expansión del Instituto. En Turín, el encuentro con la figura de Don Bosco, con su proceso de discernimiento vocacional y pastoral, encendió nuevamente el ardor misionero en cada corazón.
El mes culminó en Saint-Pierre con los Ejercicios Espirituales guiados por don Albino Linty-Blanchet y acompañados por sor Nilza de Moraes, Consejera General para la Formación. El 27 de julio, varias hermanas renovaron sus votos temporales, sellando con alegría este tiempo de gracia.
Cada etapa dejó una huella: la certeza de que Dios sigue obrando en lo profundo de cada vocación. Como barro en manos del Alfarero, las junioras ofrecieron su vida para ser modeladas según el corazón del Buen Pastor.
Este mes ha sido un verdadero don del Espíritu: un tiempo de gracia, comunión internacional, renovación vocacional y profundo enraizamiento carismático.
Tatiana Guzmán Rodríguez