I Peregrinación a Cantalpino - Salamanca
Este fin de semana, varios miembros de nuestras presencias salesianas de España nos hemos reunido en Salamanca para poder compartir este precioso proyecto de peregrinar en familia, por los lugares que nos hablan de nuestra sor Eusebia Palomino con motivo del 100º aniversario de su profesión como FMA.
El viernes 15 de diciembre comenzábamos mediante una breve oración en la casa jesuita de Salamanca, día en el que concretamente se recuerda el cumpleaños de nuestra sor Eusebia.
El sábado hacíamos marcha con una mañana espectacular, porque lo grande empieza siempre desde lo pequeño, e hicimos un recorrido por sus raíces. Vimos cómo de algo tan sencillo, tan humano, tan escaso en recursos, se hacía muy grande en el corazón de la familia de sor Eusebia, gracias a la grandeza del evangelio que compartían en familia y los valores que se cocían en la pequeña casita en la que vivían de Cantalpino. Para ella, un lugar de refugio, de vida plena, “mi choza , mi paraíso”.
Paco Celador, sobrino de sor Caridad López, nos acompañó durante todo el recorrido compartiendo anécdotas cotidianas en las que ya se intuía que veían en la figura de sor Eusebia un ejemplo de sencillez, fortaleza y vida en el evangelio; que le hacía superar cualquier dificultad que se presentara en la vida… que no eran pocas.
Durante la mañana estuvimos en la casa nativa y centro de espiritualidad, en las que pudimos ver en su entorno todo lo vivido en la etapa de la niñez. Una familia pobre, mendiga y sirvienta en la que de manera muy temprana surgió su inquietud hacia la vocación religiosa. Un lugar humilde, pero en el que se sintió enormemente feliz.
Tras un momento personal de oración nos dirigimos a la parroquia de San Pedro Apóstol. Allí tuvimos la oportunidad de ver la pila bautismal donde ella fue bautizada y en la que pudimos renovar nuestras promesas bautismales.
Tras una opípara comida en Cantalpino, nos dirigimos hacia Salamanca para seguir los pasos de nuestra Eusebia: la fuente de San Julián, el oratorio salesiano de cada domingo, el encuentro con la tierna mirada de la Auxiliadora frente a la fachada de las conchas durante la procesión al igual que sucedió en la casa salesiana de Salamanca; la Auxiliadora se hacía más que presente en su vida transmitiéndole que sería hija suya y que ese colegio era el sitio donde debía estar.
Sor Eusebia fue un ejemplo de sencillez, humildad, alegría y servicio para las chicas a través de su propio ejemplo de vida y del compartir del catecismo. Es por ello que el domingo acabamos reunidos como Familia Salesiana, ante la Auxiliadora del colegio San Juan Bosco, celebrando la eucaristía de manera fraterna. Agradecidos por el don de la vida, una vida en la que Dios nos llama a vivir el evangelio desde el carisma salesiano y tomando como ejemplo la figura de sor Eusebia Palomino, que fue y sigue siendo la voz de Dios.
Sentimos su fuerte intercesión en nuestro camino de fe y es por ello que seguimos pidiendo por su pronta canonización.
¡Sor Eusebia Palomino, acompáñanos en el camino!