Barcelona acoge la Semana del Carisma

Todo comenzó el lunes 3 de marzo. Veníamos con dudas y expectativas sobre lo que íbamos a vivir durante la semana, pero todas esas dudas del principio se disiparon de golpe en el momento en que pisamos Torre Gironella. Nos recibieron las hermanas; una acogida como solamente saben hacer ellas. Una vez que entramos, nos sentimos en casa, formando parte de lo que somos realmente: una familia. Conocerlas durante la noche del primer día fue algo mágico, ya que nos dimos cuenta de que la vocación y el carisma salesiano son ellas.

María José, Nines, Enrique y Sonia, ¡vaya equipo!, fueron los encargados de organizar todo minuciosamente y sin que se escapase ningún detalle. ¡Qué importante es que haya personas así en nuestra Familia Salesiana, que den todo lo mejor de sí mismos para que los demás podamos disfrutar de ello!

Además de la calurosa bienvenida, fue el momento de conocernos entre todos los compañeros y compañeras que veníamos de diversas partes de España. Diferentes realidades, pero con el mismo objetivo: ayudar a todas las personas con las que trabajamos. Desde niños hasta adultos, el camino es difícil, pero, con el Señor como guía, se hace más sencillo, y es que todos tenemos encomendada una misión.

Conocimos Can Prats gracias a Josep Lluís Burguera (SDB), un lugar importante donde poder contemplar esa sala preciosa e increíble en la que se respira a Don Bosco, del cual supimos más en profundidad y en su espiritualidad gracias a David Sánchez. ¡Qué maravilla transmitir tanta pasión y fe! Y hablar de Don Bosco en Barcelona implica mencionar Martí Codolar. Lo visitamos, y ahí nos esperaban Jordi Latorre y Juanjo Moré (SDB). Nos explicaron el día que estuvo Don Bosco, lo que significa Martí Codolar en nuestra historia salesiana y, cómo no, presenciamos la mejor fotografía que tenemos de Don Bosco.

Si Don Bosco está siempre presente, ¿qué decir de Madre Mazzarello, nuestra Maín? Gracias a Maruja Luján (FMA), conocimos la espiritualidad de Maín y confirmamos lo que siempre hemos podido concebir de ella: una mujer única e irrepetible. ¡Qué liderazgo innato y qué personalidad tan encomiable! Sus cartas muestran cómo cuidaba de todas las hermanas y cómo sabía de cada una de ellas hasta el más mínimo detalle para que remaran en la misma misión.

Y detalles tampoco faltan en la Sagrada Familia. Nuestra visita a esta iglesia fue emocionante, porque es uno de los mejores modelos de virtudes cristianas. Imponente al verla desde fuera, pero por dentro te conecta espiritualmente. ¡Asombrosa!

Se nos iba acabando la semana, pero todavía quedaban momentos importantes, como la visita al CRAE de Cerdanyola. ¡Qué labor tan esencial hacen y qué orgullo que pertenezcan a nuestra Familia Salesiana, algo que nos contó con tanto cariño Isabel Pérez (FMA)! Enrique Jiménez y Sonia Ros siguieron sorprendiéndonos y nos explicaron que el carisma salesiano se actualiza y que todos debemos aunar fuerzas en nuestra misión compartida.

Como siempre es clave situarnos en un contexto, el hecho de que estuviésemos en el colegio de Salesianas Sarriá no fue casualidad. La Torre Gironella se la debemos a Dorotea de Chopitea, otra mujer especial y singular, sobre la cual supimos más en profundidad gracias a M. Rosa Olivella (FMA).

Acabamos la semana como la iniciamos, en Can Prats, con una Eucaristía emotiva y especial, presidida por Josep Lluís Burguera. Y es que nuestra Semana del Carisma 2025 llegó a su fin, y podría describirla con infinitos adjetivos, ya que ha sido algo único e irrepetible. Personas buenas haciendo cosas buenas: esa es nuestra Familia Salesiana. ¡Gracias!